Una Semana Santa de Triana 2019 con luces y sombras
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El paso del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de la Hermandad de la Esperanza de Triana en la calle Arfe durante la mañana del pasado Viernes Santo. FOTO: Javier Fernández Maeso.
Con esa tradicional nostalgia que invade el corazón del cofrade cuando pasa la Semana Santa, es hora de recapitular lo vivido durante los últimos diez días en el arrabal, desde que el pasado Viernes de Dolores, 12 de abril, el crucificado de Pasión y Muerte inauguró la Pasión en Triana desde la calle Virgen de Fátima.
En Triana Digital hemos estado cerca de nuestras cofradías y os hemos llevado en directo a través de Facebook el discurrir de sus pasos en distintos puntos de su recorrido. Así pues, la citada Hermandad de Pasión y Muerte completó su estación de penitencia a la Parroquia de Santa Ana tras la decepción de 2018, cuando la lluvia impidió su salida procesional.
Pasión y Muerte sigue creciendo cada año, reforzando los vínculos con sus feligreses, atrayendo cada vez más gente en las vísperas de Semana Santa, e incrementando su patrimonio artístico con gusto y calidad. Muestra de ello son las nuevas cartelas del paso ejecutadas por Sánchez del Pino. La imagen de Navarro Arteaga atravesó solemne la calle Trabajo, al igual que el Soberano Poder de San Gonzalo recorre San Jacinto o El Cachorro la calle Castilla.
Dos días más tarde, la Hermandad de la Estrella protagonizó un soleado Domingo de Ramos en Triana, luciéndose ambos pasos en diferentes puntos de su itinerario, como en la calle San Jacinto y la Plaza del Altozano, de ida y de vuelta, o en la salida de la Catedral, ante la atenta mirada de centenares de personas que esperaban arremolinadas en la Plaza Virgen de los Reyes, la calle Fray Ceferino González, o apostadas en los distintos niveles de altura que caracterizan la composición arquitectónica de la Plaza del Triunfo. Todos ellos, enclaves inmejorables para admirar a la Virgen de La Estrella luciendo el palio de Rodríguez Ojeda.
El Lunes Santo fue un fiel retrato de sí mismo; aunque quizás un poco menos caluroso que otros. La emoción y la autenticidad que desprende la Hermandad de San Gonzalo en su presentación en el asilo de la Avenida de Coria nos hizo vibrar especialmente, al igual que Nuestro Padre Jesús en su Soberano Poder ante Caifás, volviendo sobrio y elegante a Triana, con sones clásicos de Cigarreras, ante la expectación de la muchedumbre que lo esperaba en Reyes Católicos.
Dicen que Triana nunca pierde la Esperanza. Afortunadamente, la Madrugá se salvó, a pesar de que las predicciones meteorológicas iniciales no eran muy halagüeñas. Lo que mueve la Esperanza de Triana cuesta trabajo procesarlo y describirlo. Se trata de una hermandad récord, virtud que plasma en cifras y datos -en el plano de las redes sociales, por ejemplo, prácticamente no tiene rival-, pero también lo registra en emociones, devoción y momentos espectaculares.
Un cúmulo de todo ello fue el tramo de ida por la calle Pureza, con petalá interminable a la Virgen de la Esperanza, tras los ‘vivas’ y aplausos de un público entregado al romper el solo de la marcha ‘Reina de Triana’. Por su parte, el Santísimo Cristo de las Tres Caídas y la marcha ‘V Estación’, estrenada el 2 de febrero, pusieron bocabajo igualmente la antigua Calle Larga.
El regreso a Triana no fue menos, aunque el recorrido hubo de ser acortado por precaución debido a los últimos partes meteorológicos recibidos. Esto no impidió que la Esperanza de Triana se luciera como cada año ante la antigua Cárcel del Pópulo, por Pastor y Landero, a los sones de ‘Soleá dame la mano’ y encadenara marcha tras marcha hasta la revirá con Reyes Católicos, donde entró con ‘Mi Amargura’.
Igualmente, el Santísimo Cristo de las Tres Caídas nos deleitó de nuevo en estas dos calles –Pastor y Landero y Reyes Católicos- con composiciones clásicas y una forma de andar más sobria. La banda de las Tres Caídas lo acompañó con obras como ‘Virgen de los Dolores’ y ‘La Milagrosa’. Finalmente, el hecho de acortar el recorrido en Triana por Pureza no evitó que la cofradía entrara apenas una hora más temprano de lo habitual.
Y aparecieron las sombras de la Semana Santa para los trianeros, de nuevo en un aciago Viernes Santo en el que las hermandades de El Cachorro y La O no pudieron realizar su esperada estación de penitencia por las inclemencias meteorológicas. Estaba muy presente que ambas corporaciones protagonizaron el año anterior situaciones desagradables resultantes de la climatología adversa, por lo que para 2019 se preveía la asunción de menos riesgos a la hora de tomar decisiones. El Viernes Santo se quedó en blanco en toda Sevilla.
Paralelamente, esta Semana Santa hemos seguido de cerca en Triana Digital a la banda de música procesional con mejor nivel musical de nuestro barrio, y la más reconocida. ¡Y qué banda!
Pues la Banda de Cornetas y Tambores del Santísimo Cristo de las Tres Caídas de Triana nos regaló momentos de categoría como la interpretación de ‘El desprecio de Herodes’ tras el misterio de La Amargura, en la esquina de Feria con Conde de Torrejón, o la entrada en los Jardines de Murillo del Señor de la Salud de la Hermandad de la Candelaria, en la noche del Martes Santo, a los sones de ‘Silencio blanco’.
El Miércoles Santo fue una jornada novedosa para la corporación musical de la calle Pureza en la Hermandad de la Lanzada. Los cambios de planes provocados por la aparición de la lluvia hicieron que el imponente misterio se apresurara en la estrechez de Álvarez Quintero para refugiarse en la iglesia del Salvador. Con la cofradía dividida en dos -la Virgen se refugió en la Catedral-, la banda permaneció a la expectativa en la Plaza del Salvador hasta que la lluvia remitió y la cofradía pudo reagruparse de nuevo. Se abrieron las puertas del templo y el misterio de la Lanzada bajó la rampa de El Salvador mientras la banda tocaba ‘Cristo del Amor’.
La cita clave para la banda de las Tres Caídas llegó en la Madrugá con su hermandad, lógicamente, cuando hasta entonces había protagonizado una Semana Santa completa, pudiendo tocar en todos sus compromisos con otras hermandades. Se rompió la racha el Viernes Santo en Montserrat, que no salió por la lluvia. Como todos los años, la Semana Santa terminó para la banda de las Tres Caídas en la Trinidad. Tras el paso de las Cinco Llagas realizó una interpretación sublime del clásico trianero ‘De mi vida señora’, en las esquina de Laraña con Orgfila.
J.F.M.