“Llevo dos meses esperando que arreglen un contenedor. Esto es un estercolero”
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Restos de un bidé triturado en la calle Alfarería, junto a los contenedores de basura orgánica. | FOTO: J.F.M.
Javier Fernández Maeso | JaviFdezMaeso
El panorama que se aprecia a la altura del número 111 de la calle Alfarería es un tanto molesto. Hay tres contenedores de basura orgánica pero en torno a ellos se arremolinan distintos deshechos que se esparcen por la calle con el viento. Llama la atención un bidé triturado que lleva dos días sin ser retirado. También hay una placa de cristal rota, latas, botellas, unos cartones…
Uno de los contenedores tiene roto el pedal, por lo que la única manera de abrirlo es levantando la tapa con la mano. Así, para no mancharse la gente suele optar por utilizar los otros dos, que se llenan antes. “Llevo dos meses esperando que arreglen el contenedor. He llamado tres veces. Me han dicho que hay solo ocho operarios para toda Sevilla que se encargan de este asunto, por lo que a saber cuándo van a venir…”, denuncia una vecina que sufre dicha situación a diario.
Igualmente se queja de que el 010 -servicio de atención ciudadana del Ayuntamiento de Sevilla- “no es gratuito” y de que cuando llama a tal número para notificar una incidencia la “mantienen mucho tiempo en espera”. En el día a día, a veces incluso es ella misma quien decide retirar la basura para que no aparezcan los malos olores y se acumulen las ratas en los contenedores, que suelen acudir a menudo ante la presencia de restos.

Pedal roto de un contenedor de basura orgánica, ubicado en la calle Alfarería, que lleva dos meses en ese estado. A la izquierda, una placa de cristal rota. | FOTO: J.F.M.
En este sentido también critica el poco civismo de algunos vecinos, que “no cierran bien las bolsas de basura”, de manera que estas se abren dejando caer su contenido y, aparte, “no reciclan en los contenedores adecuados”. A la vuelta de la esquina, en Clara de Jesús Montero, se encuentran los depósitos de papel, vidrio y plástico, por lo que ella solicita que se ubiquen los de basura orgánica junto a ellos, todos en el mismo punto, para que se concentren así los residuos y la gente los arroje en el sitio adecuado.
Mientras un hombre deja cartones entre los contenedores de basura orgánica, ella le indica donde los tiene que desechar y el vecino accede a llevarlos al depósito de cartón y papel. “No puedo estar todo el día así. Hay gente que me contesta bien pero otra te puede insultar o dar una paliza. Esto es un estercolero”, lamenta.

Contenedores de basura orgánica, rodeados de desechos, a la altura del número 111 de la calle Alfarería. | FOTO: J.F.M.