La agonía del ficus centenario de San Jacinto

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Restos del ficus de San Jacinto a última hora del miércoles 17 de agosto. | FOTO: Javier Fernández Maeso.

Javier Fernández Maeso | @JaviFdezMaeso


Los peores presagios se cumplieron a primera hora de la mañana del martes 16 de agosto, cuando los operarios de una empresa privada de poda y mantenimiento de arbolado y jardines comenzaron a realizar una poda agresiva del ficus centenario de San Jacinto. Las alarmas se encendieron y un grupo de vecinos y activistas se movilizaron para intentar salvar el ejemplar, temiéndose que todo terminara con la tala del árbol, como así ha sido finalmente.

El gobierno municipal rompía el silencio que había mantenido hasta el momento con un tweet del alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, descargando al Ayuntamiento de responsabilidad al declarar: “compartimos la preocupación de la iglesia y respetamos su decisión técnica”. De esta forma se oficializaba la tala del ficus. Muñoz, igualmente, reconocía que se trata de una situación triste, mientras que alegaba motivos de seguridad como argumento principal para justificar la tala.

La puerta del compás de acceso al templo empezó a llenarse de vecinos y activistas asociados al ecologismo y al medio ambiente que pretendían parar la tala. Estos ya se habían concentrado con los mismos fines en diversas ocasiones y en el mismo enclave durante los días anteriores. Entonces un centenar, aproximadamente, de personas se manifestaban mientras se ejecutaba una intensa poda del ejemplar, fase inicial del proceso de apeo del árbol centenario.

Así, poco a poco continuaron sumándose manifestantes y, enseguida, se convocó una nueva concentración a las 18:00 horas del propio martes. Las protestas ciudadanas se desplazaron desde el entorno de la parroquia hasta la puerta del Distrito Triana, en el número 33 de la calle San Jacinto. Cada vez estaban más enfadados los participantes en la concentración y, desde por la mañana, una decena de agentes de la Policía Local rodeaba el templo.

Los vecinos y activistas, que acudieron en familia y hasta con mascotas a la protesta, se repartieron esquejes de las ramas que iban cortando un par de operarios de Gonorpa, la empresa contratada para la tala, con idea de plantarlos. Además, en la valla que rodea la parroquia pegaron diferentes hojas caídas del ficus y pintadas con lemas como ‘No a la tala’.

Igualmente, una fila de velas rojas en señal de luto se colocó a lo largo del murete que sustenta la valla. El despiece del ficus se detuvo hasta la mañana siguiente, así como las protestas. Entonces los manifestantes se dispersaron cansados aunque esperanzados en poder salvar todavía el árbol, en parte por medio de una denuncia presentada a las 23:30 horas del mismo día y admitida a trámite para la suspensión cautelar de la tala.

En la jornada de ayer, el gran ficus amaneció con dos activistas, Javi e Inés, encaramados en lo alto. Abajo, cuatro compañeros se habían encadenado en la puerta del compás del templo. Decenas de manifestantes se encontraban allí desde primera hora. Todo ello consiguió ralentizar la reanudación del despiece del árbol.  Después se produjo un cruce de comunicados. Primero, la Parroquia de San Jacinto informó de que “fueron los partidos políticos y asociaciones de este barrio de Triana reunidas en junta de distrito y sin ningún tipo de influencia por parte de esta parroquia quienes dieron el visto bueno a este proceso, con 18 votos a favor y la única abstención de Podemos”.

Sin embargo, el Partido Popular lanzó un comunicado el día anterior criticando la poca trasparencia del Ayuntamiento de Sevilla al no compartir el informe técnico con el que justifica la concesión de la licencia a la parroquia para talar el polémico ficus. «Desde el PP, creemos que Muñoz está ocultando información y sí existen otras alternativas antes que la tala», ha manifestado el portavoz del PP en el Ayuntamiento, Juan de la Rosa, que ha añadido al hilo que «hay que garantizar la seguridad pero la tala debe ser la última solución».

De la Rosa ha explicado que desde el PP, la semana pasada, se solicitó ver los informes técnicos a los que «alude» el gobierno municipal, pero «aún no hemos podido acceder a ellos». Aún así, según los dominicos, paradójicamente los populares dieron luz verde a la tala en la Junta Municipal de Distrito.

El comunicado de la Parroquia de San Jacinto apunta además que “resulta anecdótico que estemos escuchando en los medios que se manifiestan los vecinos de Triana, cuando el mayor porcentaje de manifestantes son pertenecientes a asociaciones o entidades foráneas a este barrio de Triana”. En lo concerniente al ficus se reconoce que “la peor decisión fue sembrar este tipo de árbol en este lugar, lógicamente ignorando que este espécimen tendría la evolución que hoy conocemos y que a todas luces se ha convertido en un cáncer”.

Los dominicos insisten en que “nadie, ni técnicos ni profanos sensibles y amantes de la naturaleza, pueden asegurar, con un grado de seguridad suficientemente asumible, que a pesar de mantener los cuidados necesarios este árbol no vaya a seguir creciendo en profundidad por su enraizamiento (y provocando daños estructurales a la iglesia, al muro de contención, e incluso a la calle y bloques colindantes) y que pueda seguir desprendiendo ramas de forma arbitraria”.

“Por todo ello ponemos a las personas en primer lugar, y a un edificio que ya llevaba más de 200 años aquí, cuando un desconocedor de la materia se le ocurrió sembrarlo en este espacio”, opinan los dominicos, cuyo comunicado recoge también lo siguiente: “no queremos perder la oportunidad de agradecer a todas las personas que durante estos días se han manifestado junto a la parroquia su ejemplar comportamiento”, exponiendo incluso “nuestro máximo respeto por los ideales que mantienen y que hacemos nuestros, lamentando que en esta ocasión nos veamos obligados a discrepar”.

Estas declaraciones contrastan con el comunicado emitido por la Archidiócesis de Sevilla el pasado mes de junio, donde resaltaba el valor medioambiental, patrimonial, histórico y paisajístico del ficus e instaba al Ayuntamiento de Sevilla a hacerse cargo económicamente de su mantenimiento ante la falta de recursos de la Parroquia de San Jacinto. El cambio de opinión ha sido patente, puesto que la Archidiócesis compartió en sus medios el comunicado de la parroquia anteriormente mencionado apoyando sus argumentos.

A los pocos minutos, la plataforma ciudadana ‘Ficus vivo’, que coordina estos días todas las acciones orientadas a salvar el ejemplar, emitió otro comunicado enumerando sus argumentos para solicitar que se detuviera la tala. Por ejemplo, que el Ayuntamiento ha concedido la licencia de apeo del ficus a la parroquia con tan solo un informe técnico realizado por un arquitecto, pero no se ha tenido en cuenta la opinión de otros especialistas, como los que ofreció AMJA (Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza) gratuitamente; biólogos y arboristas en concreto.

‘Ficus vivo’, además, critica que no se han valorado posibles soluciones como construir una barrera anti raíces y una pérgola para controlar las caídas de ramas. Igualmente apunta que se han desoído las directrices europeas de protección de la fauna, al no haberse llevado a cabo estudios sobre las aves anidantes en la copa del ficus, incidiendo en que tanto la parroquia como el Ayuntamiento no quieren hacerse cargo del mantenimiento económico del árbol.

Después del cruce de comunicados, ‘Ficus vivo’ publicó también un vídeo detallando las razones por las que considera que el Ayuntamiento de Sevilla ha obrado mal en este asunto. Esta era la batalla en las redes sociales y en los medios de comunicación, pero en la calle continuaba la tensión. Sobre el ficus, tres activistas -se sumó otra más- seguían encaramados. Cuando varios manifestantes trataron de acercarles agua y comida, la Policía Local lo impidió y empezó a rodear la valla de la parroquia.

Entonces una veintena de vecinos realizó una sentada en la puerta del compás de la parroquia, viendo que los agentes los dispersarían pronto. Lamentablemente, un manifestante tuvo que ser retirado en ambulancia tras desvanecerse al sufrir un síncope por una descompensación en la tensión arterial. Más tarde, los bomberos bajaron a los activistas subidos al ficus empleando una grúa.

Así pues, se reanudó el proceso de tala cerca de las 13:00 horas de ayer, miércoles 17 de agosto, con los ánimos bastante caldeados. Unos 300 manifestantes, que gritaban “pecadores” a los dominicos y pedían la dimisión del alcalde, seguían protestando ante la presencia de entre 30 y 40 policías. Por la tarde continuó el despiece del ficus, tronco a tronco, rama a rama. Esta lenta agonía se alargó hasta la noche.

Una imagen para la historia y que ha dado la vuelta, como poco, al país viralizándose en redes sociales es la de los agentes de la Policía Local resguardándose del calor a la sombra del propio ficus cuyo proceso de tala estaban custodiando.

De repente, la Hermandad de Madre de Dios del Rosario, radicada en la Parroquia de Santa Ana, salió al paso de la polémica al publicar un comunicado apoyando la decisión de talar el árbol por motivos de seguridad, donde considera que es la única solución y reconoce que es dolorosa. Por su parte, los manifestantes se reunieron en asamblea en la Plaza del Altozano sobre las 21:20 horas para proponer las nuevas acciones a emprender.

Asamblea realizada por los manifestantes en la Plaza del Altozano durante la tarde del 17 de agosto.

Con la noche cerrada y apenas presencia de manifestantes, la motosierra seguía rugiendo en San Jacinto y la savia brotaba derramándose por los troncos amputados del ficus. Un pedazo de árbol de dimensiones considerables se retiró con la grúa y protagonizó en al aire un peligroso giro para los operarios. Eran los últimos minutos de vida del ficus y la prisa por terminar de retirarlo era patente. La denuncia capaz de paralizar la tala podía hacerse efectiva más pronto que tarde y para entonces los promotores de la misma pretendían tener el trabajo finiquitado para que nada lo obstaculizase.

La grúa y los operarios se retiraron. Apenas dejaron en pie parte del tronco principal del ficus. Un extraño silencio inundaba la noche. Lipasam recogía las hojas que había alrededor de la valla de la parroquia. La Policía Local mantenía acordonada la zona. Distintos vecinos que pasaban por allí comentaban lo sucedido con lástima. La jornada dura, triste e intensa de ayer, precisamente día de San Jacinto, no terminó con el ficus talado del todo pero casi.

La estocada final se reservó para la mañana de hoy, jueves 18 de agosto. Con el árbol todavía vivo y posibilidades de rebrotar, según indican expertos, la orden judicial de suspender la tala ha llegado finalmente y los trabajos se han cancelado. Ahora se abre un periodo de apelación de tres días y, si las alegaciones no prosperan, un proceso judicial en el cual, presumiblemente, las partes deberán aportar distinta documentación e informes técnicos, pudiendo extenderse en el tiempo bastante la resolución definitiva.

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