Inyecciones de sevillanía: concierto y proyección de ‘Semana Santa’ en el Teatro Maestranza
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Un fotograma de la Virgen del Estrella se proyecta en la pantalla mientras la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla toca sobre el escenario del Teatro Maestranza. | FOTO: Teatro Maestranza
Javier Fernández Maeso
@JaviFdezMaeso
Director de Triana Digital
Ni la mascarilla impide que me alcance el intenso olor a azahar de estas fechas, ni el ambiente pandémico de nuestras calles ejerce de barrera contra el bombardeo de sensaciones que es Sevilla, especialmente en primavera. De manera instantánea se desata una larga retahíla de imágenes, recuerdos y emociones que se agolpan en mi interior con mucha velocidad y poco orden, casi imposible de interpretar, mientras camino hacia el Teatro Maestranza.
Sevilla, en su complejidad y sus contrastes, encierra una gran carga de estímulos para los sentidos. “Sobre el lejano origen medieval, la honda herencia barroca y la suave huella romántica, triunfa la gracia costumbrista de la ciudad que se inventó a sí misma, haciendo verdad su tópico y realidad su leyenda”, reza el texto introductorio con el que abre la cinta ‘Semana Santa’ (1992), dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón y producida por Juan Lebrón. Por si acaso sirviera como explicación a este trance tan pasional y no por ello menos habitual.
Sobre la película, cualquier sevillano nacido en los años 90 o con anterioridad reconocerá que, junto al film ‘Sevillanas’ (Carlos Saura, 1992), también producido por Juan Lebrón, conforman una pareja de VHS que durante años han sido imprescindibles en el mueble de “la salita” de tantísimos hogares sevillanos. Ya en DVD, archivo MP4 en el disco duro externo o incluso remasterizada en 4k pero, da igual, cuesta trabajo cansarse de ver la película ‘Semana Santa’, como cuesta trabajo cansarse de comer jamón ibérico.
El espectáculo que el lunes 15 y el martes 16 de marzo llevaba la cinta de Gutiérrez Aragón al Teatro Maestranza se trata de un acontecimiento único como lo es la situación sociocultural, sanitaria y económica que estamos viviendo. Pero quizás esto solo sea la chispa que ha prendido la mecha, pues Juan Lebrón lleva tiempo trabajando y en conversaciones con el gobierno municipal para realizar este tipo de espectáculos, de música en directo con proyección de películas producidas por él, especialmente ‘Semana Santa’ y ‘Sevillanas’, en lugares emblemáticos de la ciudad y aprovecharlo como reclamo para el turismo. Ay, el turismo… esa arma de doble filo que si no manejas bien te termina cortando.
Con el tiempo un poco justo (¡qué raro!) llego al Teatro Maestranza, un poco acalorado por las prisas, pues a media tarde no hace frío en Sevilla, y con el clásico “agobio” de la mascarilla. Enseguida me indican mi asiento y el espectáculo está a punto de empezar. Apago el móvil y a los pocos minutos se escucha por fin en el hall el peculiar redoble de tambores de la Centuria Macarena. “Suena a lata”, que diría algún amigo. Pero qué sonido. Cuánta sevillanía en un redoble tambor. Los músicos entran por la puerta central del patio de butacas, vistiendo sus mascarillas, y van subiendo al escenario entrecruzándose como si vistieran de armaos la Madrugá hispalense.

Manuel Cuevas canta una saeta antes de la proyección de la película ‘Semana Santa’ en el Teatro Maestranza. | FOTO: Teatro Maestranza
Una vez la formación musical macarena se encuentra correctamente dispuesta sobre el escenario interpreta dos clásicos de las bandas de cornetas y tambores: ‘Cristo del Amor’ y ‘La Sentencia de Cristo’. Tras recibir la correspondiente ovación del respetable, los músicos comienzan a despejar el escenario mientras los sones a corneta de antaño aún no se han despedido del todo de mis oídos.
Entonces aparece el periodista Paco Robles, especializado en información cofrade, que después de superar un delicado problema de salud que conmocionó el pasado año a muchos de sus lectores, oyentes y cofrades en general, se presenta en el escenario para leer una sentida introducción al espectáculo. Tras él aparece el saetero Manuel Cuevas, que apoya la mano en el respaldo de una de la sillas que había preparadas para los músicos de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla (ROSS) y, enseguida, brota de él un manantial de voz. Cuevas es desde hace unos años uno de los saeteros más reconocidos de la ciudad y eso se aprecia en la diversidad de matices y la consistencia de su voz. En la letra de su saeta pide por el final de la pandemia y antes de que termine los aplausos de un público nostálgico y ávido de Semana Santa impiden escuchar el final de su rezo cantado.
La ROSS, dirigida por el alcalareño Alfonso Casado, releva al saetero en el escenario del Maestranza. Entonces comienza a proyectarse la película ‘Semana Santa’ mientras la orquesta interpreta en directo la marcha ‘Virgen del Valle’. “El amor y el dolor, la vida y la muerte, la sangre y las lágrimas, la carne y el espíritu, la eternidad y la finitud, aquello que se teme y aquello que se aguarda, están en la calle, bajo la luz plena de las tardes de marzo y de abril o bajo la luna llena de sus noches tibias y claras.”, se puede leer en la pantalla.
En total, la orquesta interpreta las marchas ‘Soleá dame la mano’ de Manuel Font de Anta, ‘Esperanza Macarena’ de Pedro Morales, ‘Amarguras’ de Manuel y José Font de Anta y Manuel Font Fernández, ‘Pasan los Campanilleros’ de Manuel López Farfán, ‘Jesús de las Penas’ de Antonio Pantión, ‘Virgen del Valle’ de Vicente Gómez-Zarzuela y ‘Estrella Sublime’ de Manuel López Farfán durante el transcurso de la proyección.
Las marchas interpretadas en directo por la ROSS suenan muy bien coordinadas con las imágenes de la película. El resto de sonidos son los de la propia cinta, que van desde la marcha ‘Cristo de las Siete Palabras’ en la salida de La Borriquita o ‘Consolación y Lágrimas’ en la salida del misterio de la Hermandad de la Macarena -grabadas para esta obra audiovisual por los “armaos” de la Macarena-, a las saetas de José de la Tomasa al Gran Poder o al Cachorro o a los efectos de sonido. En este punto cabe destacar el fallecimiento del compositor turolense Antón García Abril, tan solo un día después del espectáculo, el miércoles 17 de marzo, a los 87 años de edad. Atesoraba una dilatada y prolífica trayectoria de primer nivel y él fue quien adaptó las marchas procesionales que se escuchan en la cinta para que las interpretara la Orquesta Filarmónica de Londres.

Alfonso Casado dirige a la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla durante el espectáculo que permitió escuchar en vivo en el Teatro Maestranza las marchas de la película ‘Semana Santa’ mientras esta se proyectaba. | FOTO: Teatro Maestranza.
Regresando al momento del espectáculo, las imágenes de la película se suceden mientras la ROSS suena en el Maestranza. El film está lleno de momentos soberbios, como la aparición de la cara de Jesús del Gran Poder, al inicio de la película, cuando rompe la marcha ‘Virgen del Valle’. Y cuánta pureza y autenticidad destilaban los 90 en Sevilla. Qué década más sevillana, para lo bueno y para lo malo. Qué gafas, qué indumentarias, qué peinados. Pero aquí nos encontramos disfrutando, no ya de lo bueno, sino de lo exquisito. Como las imágenes aéreas de aquella Sevilla pre-Expo’92, con la cámara en el helicóptero rodeando el Giraldillo. También desde el cielo se aprecia en la cinta el propio Teatro Maestranza, 30 años atrás, así como la interminable hilera de nazarenos de La Macarena o el cortejo de la Esperanza de Triana, desde la Virgen en la Avenida de la Constitución hasta el misterio saliendo de la Catedral a la Plaza Virgen de los Reyes.
O los niños agarrados a las rejas de las ventanas del Museo de Bellas Artes, esperando a Nuestro Señor Jesucristo de la Sagrada Expiración y a María Santísima de las Aguas. Son momentos, detalles de una película que muchos nos sabemos casi de memoria. Y Triana presente en esta gran obra tal y como lo quisieron Manuel Gutiérrez Aragón y Carlos Colón, guionistas del film. En esta Semana Santa que ambos plantearon cabe la Virgen de la Estrella por la Plaza del Triunfo, regalándonos un espectacular primer plano de su rostro compungido. También una petalá a la Esperanza de Triana al son de ‘Pasan los Campanilleros’ o el Cristo del Cachorro cruzando el Puente de Triana.
El popular, y no por ello exento de polémica, final de la película llega con las puertas de San Lorenzo cerrándose la noche del Sábado Santo al son de ‘Amarguras’. Pero tras aplaudir a los músicos de la ROSS, la orquesta nos deleita con dos marchas más: ‘Soleá dame la mano’ y ‘Estrella Sublime’. El público se deshace en aplausos, se encienden las luces del teatro y marchamos hacia el exterior del Maestranza.
La noche ya ha caído en Sevilla. La temperatura es suave. Tras el espectáculo, reparo en ese torbellino de sensaciones que provoca esta ciudad en primavera y que en el camino de ida me generaron una ristra de imágenes, recuerdos y emociones que se agolpaban en mi interior con mucha velocidad y poco orden y noto como al menos estos últimos ya están ordenados. Más en armonía conmigo mismo y con el entorno me dirijo de nuevo hacia Triana. A pesar de que algunos chavales toman algo en una terraza del Paseo Colón, el ambiente es extraño, como si una pandemia mundial hubiera cambiado forzosamente los hábitos de todos los sevillanos, vaciado las calles y suspendido las procesiones de Semana Santa por segundo año consecutivo.
Pero esta bendita ciudad, “que se inventó a sí misma, haciendo verdad su tópico y realidad su leyenda”, hace tiempo que grabó a fuego el rito y la regla que evocara Rafael Montesinos en mi interior y en el de tantos sevillanos. Y eso se refleja a la perfección en el texto que abre la película ‘Semana Santa’: “una pasión compartida y transmitida de padres a hijos liga a los vivos con los muertos y a estos con los que aún no han nacido. Estamos en Sevilla, y es Semana Santa”.